17-18 de febrero de 2024 - Crónica de Luis B. E-452
Comenzó la temporada con la Windsurfer
y vaya inicio.
En Santa Pola, en el marco de la Olympic Week y compartiendo aguas tanto con la bulliciosa y juvenil flota de la clase Tecno, como con la sofisticada IQfoil -o incluso con los batalladores raceboarders-, un nutrido grupo de windsurfers levantinos llenos de ilusión se congregaron para batirse el cobre con sus velas triangulares y sus almas melancólicas.
Entre los dieciocho inscritos, la segunda flota en número de participantes, hay que destacar que la mitad venían de Murcia, hecho que ilustra el auge de esta clase en esa región, fruto del esfuerzo y colaboración entre el Club de Windsurf Mar Menor y el Club Náutico Mar Menor de Los Alcázares, con Chema Martínez y Curro Peñalver como responsables respectivamente.
Aunque no sería justo omitir en este crecimiento, no solo en Murcia, sino también a nivel nacional, a Esteban Martínez-Abarca (C.N. Mar Menor), auténtico factótum, pulmón, mentor y líder amado de la Windsurfer, y que además, es un grandísimo competidor que jugaba en casa, en Santa Pola.
Así que después de 6 mangas, dos el sábado, y con solo la última con un viento superior a 6 nudos, los rapiñadores de los vientos ligeros se pusieron las botas.
Aquí el equipo valenciano demostró su superioridad con un Darío Quesada magistral, pese a los pequeños errores del domingo, y también Pablo Martí, siempre en el grupo de cabeza. Ambos acompañaron en el podio de la general al mencionado Esteban que se alzó con la victoria tras su demostración del domingo.
Detrás de ellos, un constante Álvaro Barba o la revelación de la regata, el cartagenero Pablo Más (CW Mar Menor), que con tan solo unos meses sobre la Windsurfer consiguió hasta ganarle una manga a los caza-brisas. Y que competitiva la clase de pesados, con un Jesús Martínez-Abarca (CNMM) siempre peleando y apurando las salidas como nadie.
En fin, qué divertida esta tabla, pese a la desmoralización momentánea de los que vienen de la tabla corta y una cómoda vida entre olas y vientos superiores a fuerza 3. No desesperes y aprende (eso me digo yo cada mañana para no caer en la depresión).
Por supuesto un diez a la organización del CN de Santa Pola y el equipo de jueces, que no solo permitió compartir campo de regatas a todas las clases con fluidez, sino también que hubiera grandes momentos de intercambio mutuo entre los veteranos de la Windsurfer y el resto de clases. Por ejemplo, el hecho de que el gran conferenciante Joaquín Carrasco (CWMM), venido de Madrid, pudiera reflexionar sobre la apariencia e integridad del regatista moderno junto a los miembros más jóvenes de la clase Tecno.
Sorprendente anécdota también, la de Juan Taboada, el grandísimo navegante galego-valenciano que aseguraba que en la popa de su última manga fue adelantado por un poeta que se hacía pasar por pintor. Quizás fue un mal sueño.
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